lunes, 31 de marzo de 2014

PARAÍSO: ESPERANZA, de Ulrich Seidl




En vacaciones, disciplina para la grasa 

Paraíso: Esperanza, Ulrich Seidl

Ulrich Seidl vuelve con la tercera película de su trilogía Paraíso. Una vez más, hace que nos removamos en la butaca porque las historias que cuenta son incómodas, y la sociedad que muestra, perturbadora. A pesar de ello, tanto esta película como las dos anteriores de la trilogía, son altamente recomendables. En esta última, la protagonista es Melanie, una adolescente de trece años a cuya madre vimos viajar a África en busca de “Amor”, en la primera película de la trilogía. La tía de Melanie, tal como relata la segunda película, centra su vida en la “Fe”; será ella quien, al inicio de este film, acompañe a Melanie al campamento para adelgazar. Paraíso: Esperanza es la que más depende de las otras. Si parte del dramatismo de la primera, Paraíso: Amor, residía en que la madre intentaba comunicarse con la hija cuando se sentía sola en el complejo hotelero, pero no lo conseguía, Paraíso: Esperanza nos permite ver que la hija no rehuía la comunicación con su madre, sino que su comportamiento forma parte del orden impuesto por ese campamento en el que la disciplina es una constante y las prácticas para alcanzarla, severas. La disposición en el encuadre de los personajes y elementos de la escena apoyan esa rectitud. Las formación en fila, la presencia de un silbato, o una voz de un adulto dando órdenes, como si de militares en vez de niños se tratara, aparecen a lo largo de todo el film.

En esta trilogía la fotografía y escenografía (tanto por elección de gamas cromáticas, como por un exquisito cuidado en la composición de los encuadres) hacen que sea bello lo que a priori podría no serlo (un campamento para adelgazar), la interpretación, banda sonora (solo presente cuando la música es diegética)... en definitiva la puesta en escena, van hacia una misma dirección y hacen que el resultado, aunque de difícil digestión, sea excelente.


A pesar de que los títulos de la trilogía Paraíso incluyen palabras como “Amor”, “Fe” y “Esperanza”, en principio términos positivos, la visión de este director hace que no lo sean. Nos muestra a tres mujeres que se intentan aproximar al paraíso en sus vacaciones de verano a través de estas palabras, pero su intento les lleva a la frustración. En Paraíso: Esperanza, la frustración vendrá por el dolor de un primer amor. Melanie llora ante la imposibilidad de conseguir a su amado (escandalosamente mayor que ella) y no poder desahogarse con su madre, pero nosotros sabemos que la madre también la necesita, aunque la comunicación vía telefónica no sea posible. En definitiva es el film menos duro de los tres, pues en esta juventud y ese amor madre-hija radica la esperanza a la que alude el titulo (aparentemente inexistente en esa sociedad inquietante) y que Urich Seidl nos había hecho perder en las dos primeras películas.



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